Fue un día de verano de 2012, de paseo entre encinas y alcornoques, donde concebimos por primera vez Marcela Guarnizo y yo el sueño de la construcción del ECO-CENTRO.
Hablabamos de la construcción de algo de la que todos pudiésemos beneficiarnos.Algo que hablara de desarrollo local, de independencia energética, de solidaridad, de tolerancia, de consumo y producción de productos orgánicos, de actividades multiculturales e interacción cultural y de muchas otras cosas. Teníamos una idea y queríamos englobarlo todo en uno. Uno en todo. Y así surgió la primera ráfaga de viento que nos iría llevando mucho más lejos dos años después.
Deja una respuesta