Automático

publicado en: Piedra, Cuentos Despistados | 0

 

 

Azules nubes surcan el cielo.

Caricias suaves vienen a mi y así

me siento verde y acelero mi corazón.

La vida sigue siendo aquello que no

entreveo con la punta de mis dedos.

Disfruto del aire puro que rodea

los labios rosados del amor.

Mi coche azul se estremece y suspira

mientras los pulmones se me hinchan a

una velocidad superior a la de la luz.

Vuelan las gaviotas despistadas

que ansían descubrir la libertad

con las alas bien abiertas.

Nuevos surcos de vida se labran

en el horizonte a la vez que las gallinas

retroceden un paso y se piensan el salto mortal.

Descubriendo países lejanos rejuvenezco

y me siento dispuesto a salir disparado como una

nave espacial. Mi vida es soñar con el viento

que acaricie mi libertad y me abandone en el

desierto solitario de la esperanza.

Un beso vuela y lo recojo con mis labios.

Y así continuo este viaje saltando de piedra

en piedra y de charco en charco hasta llegar

a las montañas enigmáticas del sueno eterno.

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