Cuentan que no todo lo que nos rodea es físico.No, señoras y señores, no todo es físico.
Alrededor podemos sentir la vida y eso, eso…no es físico.
Acérquense bien. Si hay alguien a su lado, alguien, quienquiera que sea…mírenle.
Hay miradas casuales…miradas que jamás vamos a olvidar. Miradas creadoras de vida y de ilusión.
Miradas que nos ofrecen entusiasmo, alegría, emoción, fe, amor… y miles y miles de destellos más. Como estrellas brillantes creadas para sorprendernos, para emocionarnos… y, por qué no, para despertarnos
Caminando he encontrado a gente. Siempre me ha encantado caminar mirando. Pero no sé si realmente estaba viendo con los ojos.
Lo mejor es cuando esa mirada es correspondida, aceptada, acariciada. Después las palabras son un invento fácil de crear. Son diálogos hechos para tener un final feliz o, mejor dicho, para no tener final.
Y después llega la emoción. Esas palabras están cargadas de emoción y de energía. Esas palabras crean proyectos y nos ofrecen fe por creer en un mundo mejor y más bello. Más sano. Más…más…más.
He sentido miradas que me han devuelto a la vida. Miradas que han creado libros mágicos. Miradas de perdón ancestral convertidas en un amor tan musical que baila por si mismo. Miradas dueñas del cielo. Miradas en trenes que no dejaron de moverse. Miradas eternas en las pupilas del corazón.
Millones de años después sigo caminando errático por cada calle en cualquier lugar del mundo. Mirando, bueno, no con los ojos pero mirando y sintiendo que el mundo está lleno de miradas que corresponden, que apasionan y enternecen. Miradas buenas cargadas de proyectos de vida y de ilusión.
De fe y amor.
Texto: Jose Paniagua
Ilustración: Leonardo Caballero Piza
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