Imagínate un mundo sin fronteras, sin banderas ni patrias en el que ser de un lugar u otro sólo fuera una mera anécdota, un simple capricho, una divertida casualidad.
Imagínate sólo guerras…guerras de almohadas generadoras de carcajadas, abrazos y besos. Batallas de ilusiones fascinantes y sueños perfectos.
Imagínate que las envidias fuesen recuerdos olvidados ya desaparecidos y que los odios, si existiesen, muriesen al nacer.
Imagínate que los amaneceres y atardeceres encantadores y encantados de vida y magia se besasen eternamente.
Imagínate amor eterno por doquier sin fisuras, frustraciones o miedos bloqueadores de vida y pasión.
Imagínate a los seres humanos amantes de los árboles, plantas y flores. Amantes del verde esperanza exhalador del futuro y de la prosperidad.
Imagínate a los ríos, mares y océanos puros y transparentes habitados por seres magistrales y secretos increíbles .
Imagínate una brisa suave y espumosa que alimenta sólo con olerla.
Imagínate que una vez leído esto todo lo anterior se ha hecho realidad y, como por arte de magia, has dejado de imaginar.
Texto: Jose Paniagua
Ilustración: Juan Palacio
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