Sus rostros expresaban la experiencia de haber vivido muchísimo tiempo, parecían haber existido desde siempre, desde los orígenes.
Las arrugas surcaban su piel como ríos de sabiduría que desembocaban en ninguna parte y en todas.
Los hermanos DUFFOR estaban emocionados. Sus cálculos habían sido comprobados una y mil veces y todo parecía bajo control. La nave espacial estaba preparada para realizar el más maravilloso de los viajes.
Un viaje que les trasladase a otras galaxias y quizás a otros mundos. Otros mundos inexplorados allá fuera que nadie, absolutamente nadie, había avistado y ni siquiera imaginado.
Era una aventura excepcional imposible de describir con palabras.
El sueño de los DUFFOR estaba a punto de ser realizado y su alborozo se podía observar en cada pequeña expresión de sus cuerpos y de sus rostros.
Así trabajaron durante años con una constancia indescriptible. Y trabajaron…viendo como sus vidas iban cambiando. Mientras sus arrugas iban acariciando con el paso de los años su piel. Esos instantes fueron acrecentando la obsesión por acariciar la ambición espacial.
El artefacto estaba preparado una mañana de julio del año de 2018. Todo había sido minuciosamente revisado: la órbita de lanzamiento, la energía necesaria, los materiales adecuados, la duración del viaje… todo estaba estudiado con precisión.
Parecía que los dioses estaban de su parte porque esa mañana de julio de 2018 el cielo estaba despejado y las condiciones eran las apropiadas para que el despegue fuese un éxito rotundo.
Después de revisar cada detalle se introdujeron en el artefacto ubicándose en la zona de máquinas.
Minutos más tarde la cuenta atrás empezó su marcha:
10 9 8 7 6 5 4 3 2 1 0
Los hermanos DUFFOR observaban impacientes a través del computador cada uno de los avances de la máquina. Era espectacular y sorprendente. La oscuridad del espacio contrastaba con la luminosidad de las estrellas y nebulosas que parecían girar en un mar de luz. Ellos no paraban de hacer cálculos y de fotografiar planetas, lunas, asteroides y estrellas. Todo era alegría y emoción. Un sueno convertido en realidad hasta que…
Texto: Jose Paniagua
Ilustración: Paula Cabildo
Deja una respuesta