Hoy no voy a escribir un cuento.
Hoy voy a escribir acerca de aquellos que creen en un mundo mejor.
Es una historia real y quizás algún día se la contemos a nuestros hijos, a nuestros nietos.
La gente iba llegando y el rumor se oía desde infinitos lugares.
Gotas de agua encauzadas formando un río, un río inmenso y caudaloso .
La indignación se sentía en el ambiente mientras los gritos iban inundando cada poro de la plaza.
Aquello era una oleada destinada a volar hacia el SOL.
De sol en sol . De luna en luna.
Primero gotas, después charcos y más tarde ríos. Hasta que al final el Océano de sus voces ondeaba
al mismo ritmo y al mismo instante.
Perturbando la armonía, la sintonía, la PAZ estaban las mareas negras que violentamente arreciaban contra la espumosa sinfonía. Pero las ideas se mantenían firmes y arraigadas.
Las ideas echaban raíces y crecían debido a ese SOL enorme
el cual deslumbraba al mundo entero.
Y así crecían y maduraban. Día tras día.
Ahora, allí podemos verlo todos. Podemos ver un árbol gigante con frutas hermosas.
Frutas que serán recogidas y saboreadas
mientras en nuestros paladares podemos sentir palabras
Palabras tales como:
PAZ, SOLIDARIDAD, TOLERANCIA, RESPETO, LUCHA…
FELICIDAD.
Texto: Jose Paniagua
Ilustración: Carito Guarnizo.
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